Cómo cuidar tu cultivo de kombucha: consejos a seguir y errores a evitar
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Para cuidar tu cultivo de kombucha, debes prestar atención a la higiene, la temperatura, la proporción de ingredientes y el tiempo de fermentación, así como estar alerta a los posibles problemas que puedan surgir y aprender a solucionarlos.
Siguiendo unos sencillos pasos, podrás mantener tu cultivo de kombucha sabroso y saludable, y así disfrutar de sus numerosos beneficios.
Cómo mantener vivo tu SCOBY de kombucha
Mantener vivo y saludable tu SCOBY de kombucha requiere un ambiente adecuado y alimentación regular. Aquí tienes algunos consejos clave:
- Ambiente adecuado: la kombucha prefiere un ambiente cálido y oscuro. La temperatura ideal para la fermentación está entre 20-25°C. Evita la luz solar directa, ya que puede dañar el SCOBY. También, mantén el cultivo lejos de otras fermentaciones y plantas para evitar la contaminación cruzada.
- Alimentación regular: cada vez que prepares un nuevo lote de kombucha, estás alimentando a tu SCOBY con té azucarado. Si no planeas hacer kombucha regularmente, puedes mantener el SCOBY en un “hotel de SCOBY” con té azucarado fresco, que deberías renovar cada 2-4 semanas para mantenerlo vivo. Recuerda, no obstante, que debes ir ensayando y conociendo las preferencias de tu SCOBY, para dar con el ciclo de alimentación más conveniente.
- Higiene: asegúrate de que todos los utensilios y recipientes que uses estén limpios. Evita el uso de utensilios de metal, ya que estos pueden dañar el SCOBY. Utiliza utensilios de madera, vidrio, cerámica o plástico de calidad alimentaria.
- Comprobación regular: observa tu cultivo regularmente. Un SCOBY sano tiene un color que puede variar desde un blanco pálido a un marrón claro, y puede tener manchas oscuras de residuos de levadura. Si ves moho (generalmente de color verde, blanco o negro, y con una textura peluda), dile adiós a tu SCOBY y deséchalo junto con el líquido, ya que esto es una señal de contaminación.
- Cambio de SCOBY: con el tiempo, tu SCOBY crecerá y se formará un nuevo SCOBY en la parte superior de la fermentación. Puedes separar estos SCOBY y utilizar el nuevo para tu próxima fermentación, mientras que el viejo puede ser compostado (a las plantas de tu casa les va a encantar), compartido con un amigo, o guardado como respaldo en un “hotel de SCOBY”.
- Respiración: asegúrate de cubrir tu kombucha con un paño que permita el paso del aire, pero que prevenga la entrada de insectos o contaminantes. Los gases necesitan escapar durante el proceso de fermentación, por lo que no debes sellar completamente el frasco.
Recuerda que cada SCOBY y cada proceso de fermentación pueden ser un poco diferentes, pues estás trabajando con materia viva. Si tu kombucha tiene un sabor agradable y no presenta signos de moho, es muy probable que tu cultivo esté saludable.
Errores comunes a evitar en el cuidado de la kombucha
El cuidado de la kombucha puede ser un desafío, especialmente para los principiantes. Aquí están algunos de los errores más comunes:
- Temperatura incorrecta: como hemos repetido, la kombucha se fermenta mejor entre 20-25°C. Temperaturas más frías pueden ralentizar la fermentación, mientras que temperaturas más altas pueden acelerarla demasiado o permitir el crecimiento de bacterias indeseables.
- Exposición a la luz solar directa: la luz solar directa puede dañar el SCOBY. Es mejor fermentar la kombucha en un lugar oscuro.
- No dejar suficiente espacio en el frasco: durante la fermentación, el SCOBY produce gas carbónico. Si no dejas suficiente espacio en el frasco, podría acumularse demasiada presión.
- Usar utensilios de metal: los metales, especialmente los que son reactivos como el cobre o el aluminio, pueden dañar el SCOBY. Es mejor usar utensilios de madera, vidrio, cerámica o plástico de calidad alimentaria.
- Falta de higiene: es importante mantener limpios todos los utensilios y recipientes que uses para la kombucha, para evitar la contaminación.
- Dejar fermentar la kombucha demasiado tiempo: si dejas fermentar la kombucha durante demasiado tiempo, se volverá excesivamente ácida y el sabor puede ser desagradable. Es mejor probar la kombucha regularmente para determinar cuándo ha alcanzado el equilibrio adecuado de dulzura y acidez. Por supuesto, todo depende de tu gusto.
- Ignorar signos de moho: si ves moho en tu SCOBY o en la kombucha, debes descartar todo el lote. El moho puede ser dañino si se consume.
- Usar el tipo de té incorrecto: algunos tés, como los tés aromatizados, los tés con aceites esenciales, o los tés herbales, pueden dañar el SCOBY. Es mejor usar té negro o verde sin sabores añadidos. Quizá sea polémico para los puristas, pero hay quienes en un punto prescinden por completo del té y alimentan su SCOBY exclusivamente con panela/piloncillo/raspadura/papelón (damos fe de que funciona y da un sabor potente y agradable, así que puedes aventurarte a hacer experimentos).
- Usar azúcar artificial o insuficiente azúcar: el SCOBY necesita azúcar real para fermentar correctamente. Los edulcorantes artificiales o una cantidad insuficiente de azúcar pueden dañar el SCOBY o ralentizar la fermentación.
- No usar suficiente kombucha de arranque: cuando haces un nuevo lote de kombucha, es importante usar suficiente kombucha de un lote anterior para acidificar el medio y proteger el cultivo de contaminantes.
Al evitar estos errores comunes, podrás tener un SCOBY sano y duradero, y disfrutar de una kombucha saludable y delicios.